martes, 20 de julio de 2010

Ideas Compartidas

Somos dos carreteras
sin sentido, ni dirección,
prófugos en la inmensidad desértica
de la Patagonia.
Nuestro paisaje de fondo
es la soledad
y nuestro sentimiento
es el recuerdo de un pasado glorioso
que compartimos
y ya no está.
Vivimos refugiándonos
en el tiempo y el espacio.
Guardamos la nostalgia de algo
que no nos animamos a decir.
y la furia de querer manifestarlo.
Venimos de ningún lado
y vamos yendo hacia el porvenir.
Callando el pasado
y ansiosos por revivirlo.

Motivo

Me alisté para el viaje,
para dejar de estar
como lo han hecho tantos...
Y de pronto temí no ser
como algunos que dejaron de ser
como tantos que ya no son
porque no existen...
Y cuando estuve ahí,
en los puntos suspensivos de este verso que es vivir...
Te pensé y te quise a mi lado
como en tantos otros instantes...
Y de pronto poder ser
como habíamos sido
como tantas veces fuimos
porque somos.
Y pensé en vos
y soñé tu imagen

Y tu voz inició el verso de esta estrofa de mi vida.
Y escuché de sentido palpable
el susurro de tu voz.
Y estabas ahí...
como tantas veces
otra vez
como siempre.
Motivo suficiente, razón de ser.
Para no morir.

lunes, 5 de julio de 2010

Días Iguales

Languidecen los días, iguales,
vacíos de contenido.
Huecos.
Caen las hojas del calendario
arrastradas por su propio peso,
marchitas.
Mueren al instante
y es otro día en soledad.
Abrumado por la espera
de un futuro en borrador.
El reloj apunta el norte,
la brújula marca la hora de ayer,
el viento me despeina el alma
y se lleva al olvido los días pasados.
Hojas caídas, momentos no vividos.
Vida en suspensión,
en la existencia absurda
de seguir sin vos.

Pereza


Lento el día se asoma de su letargo
despereza las ramas caídas
con la tormenta de ayer.
Revolotean en mi alma las chispas
de las últimas estrellas heladas.
Y tu susurro
me hace señas desde el oleaje del recuerdo
que va indicando mi camino.
La templanza del día
intentará emular tu calidez.
Pero aún busco el refugio
que me ampare del tormento matinal.
Por más que trinen los tiempos
y benteveos.
No me quiero levantar.

La Plaza Gris

La plaza gris
y la desierta estampa del otoño.
Todo el ocre ha llovido
condenando al follaje a la intemperie.
Sólo gris entre mis ojos y el cielo
que ostenta una lluvia
que no ha de llegar.
Alzo los ojos,
lleno mis pulmones de este sur,
y te nombro...
Llueven los olvidos
como las últimas hojas
que aún se resisten al invierno.