domingo, 30 de mayo de 2010

Ternura de Cóndor


¿Y quién dice que no puedo ser un cóndor? ¿No ven mis alas extenderse, no ven este aspecto de ángel gris?¿Y quién dice que sí soy un cóndor?¿Puede alguien negar que vuelo?¿¡No lo ven, acaso están ciegos!? Y si soy un cóndor ¿quién puede negar mi ternura?

Acaso...

El más sanguinario ser es capaz de darla en el momento preciso.

Y si soy realmente un cóndor, y estas plumas blancas coronan mis manos...

¡Ya va siendo hora que eche a volar!

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