Siento tu ternura allegarse a mi tierra,
Acechar la mirada de mis ojos, huir,
...Neruda...
La tarde caminaba,
con sus tintes anaranjados,
cerca de mi habitación.
Los pasos de mis ojos
alcanzaron el sendero de su mirada,
y con un gesto estival
la invité
a colonizar la destendida pradera
que se abría generosa
a mis ansias de establecerme.
Como un cometa
surcó la oscuridad del cuarto
llenándolo de luz divina.
El resplandor cegó mis ojos
y mi cuerpo la buscó,
a tientas.
Mis manos: arduamente
trabajaron en su extensión.
Sus pies: cosquillas
hicieron a mis pisadas.
Mi palabra habló en su lengua
y su boca conjugó mi idioma.
Mi ser transitó por sus caminos,
por sus montes, por sus selvas.
todo mi amor se derramó en su tierra,
como la lluvia,
que hace crecer la vida en los campos...
Así de simple,
como una breve tormenta de verano,
dulce, fecunda y natural...
La tarde se hizo noche.
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