martes, 21 de septiembre de 2010

Naufragar

Nunca imaginé un naufragio.
Nunca imaginé
que la nave en que me embarcara
me dejaría flotando a la deriva
en la inmensidad amarga
de las lágrimas del mar.
Inútil sobreviviente
me ahogo en las mareas.
Mis fuerzas de mar y mar
me abandonan de repente.
Algo rompió la quilla de mi nave...
no la vi hundirse en lagrimas marinas,
no la vi desplomarse
ni la escuché quejar.
Solo se alejó, como si tal cosa
dejándome solo
en el medio del mar.

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