Mis ojos juegan con tus cabellos
que se enredan acariciando al viento
y mi tacto, a la distancia,
siente la tersura de tu piel.
El sol del mediodía te fluye
como irradiando pureza
y eres el sol que alumbra la vida.
Y el horizonte...
Que próximo nunca llego a abarcar
se dibuja en tus contornos dorados.
Mariposa en vuelo, destello
del motor universal
que arrancas mi destino.
Y señalas el norte
siempre,
siempre más allá.